lunes, 25 de octubre de 2010

Temporada de setas

Con la llegada del otoño comienza la temporada de setas en Asturias, una afición que combina a partes iguales el ocio, el disfrute de la naturaleza, la gastronomía y, por qué no, una pizca de deporte. En la última década, el número de aficionados en Asturias, y en toda la Cornisa Cantábrica, se ha multiplicado y el escenario ya nada tiene que ver con aquellos años 80 en los que apenas eran unas pocas decenas los incondicionales de la micología en el Principado.
La presente temporada de setas arrancó a mediados del pasado mes de septiembre y se prolongará hasta diciembre. Y, a decir de los expertos, está siendo «muy buena». Desde la Sociedad Asturiana de Micología (SAM) se asegura que en el Principado se están recogiendo unos hongos de altísima calidad, aunque en cantidades algo inferiores que en regiones vecinas, como Castilla y León.
«Asturias es uno de los mejores lugares de España para coger setas de calidad. Se puede decir que es un paraíso», afirma Pettit, quien asegura que en la región se pueden recolectar hongos prácticamente todo el año. «Aquí puedes encontrar setas en los bosques de pino y de roble o en los prados. El único sitio donde no crecen es donde hay eucalipto.
Lo que hace especial al Principado es que los accesos a algunos bosques son difíciles y así se consigue que no se masifique. En Castilla y León, por ejemplo, los bosques son más fáciles y llanos y se organizan excursiones en autobús que arrasan con todo», explica.
La SAM señala que en Asturias hay clasificadas 1.700 variedades de hongos, «aunque hay más sin identificar», asegura Pettit. El colectivo de aficionados a la micología -que reúne a más de 130 socios- señala que cogen las setas para comerlas, pero también para examinarlas y hacer exposiciones. «Recogemos sólo las que necesitamos, el resto las dejamos en el campo para que las encuentren otros».

Partes de una seta

Uno de los mayores peligros de esta afición es la posibilidad de intoxicarse si, por error o desconocimiento, se ingiere una seta venenosa. «A la sociedad nos llaman muchos aficionados y restaurantes para traernos sus setas y preguntarnos si se pueden comer o no. Hay algunas especies parecidas y se pueden llegar a confundir. Por fortuna, en España son pocas las variedades de setas que son mortales», indica Pettit, quien recomienda a los aficionados noveles que se informen, lean libros o se apunten a alguno de los cursos que ofrece la SAM.



Setas comestibles


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