miércoles, 24 de noviembre de 2010

Ecolistillos por Antonio Ochoa.

Mientras los cuadros políticos y sindicales perdían perras de su bolsillo y lo más que les tocaba era algún tochazo de la policía, no había dudas sobre su integridad e idealismo. Pero, en cuanto empezó a haber dinero y prebendas por medio, una horda de trepas y chorizos se abalanzó sobre los cargos, sacando a codazos, zancadillas y puñaladas a todos aquellos viejos luchadores. Así, estas organizaciones, creadas para defender a los humildes de los abusos de los poderosos, se convirtieron en cómplices de todos los oprobios cuando no en su origen. Lo mismo está pasando con los ecologistas. Ahora que llegaron las subvenciones y el ecochollo, los idealistas tienen los días contados. Eso de coger la tienda de campaña e irse al monte a defender la naturaleza se acabó. Es mucho más guay hacerse en chalecito en plena reserva natural con los fondos aportados por algún amiguete político. ¡Y luego multan a los paisanos por cortar una vara! ¡Menuda jeta tienen los señoritos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario