domingo, 10 de abril de 2011

Noticias sobre la osa.


El esbardo hallado herido en Cangas del Narcea fue trasladado al centro de recuperación de Sobrescobio, donde sedado y convaleciente dio muestras de su fiereza

«Es una osa de casta, no lo puede negar». Uno de los miembros del equipo de la Guardería Natural del Principado valoraba ayer con esas palabras el genio y la agresividad que, sedada y todo, demostraba la osa «Lara», el esbardo huérfano que fue hallado herido grave en los montes de Cangas del Narcea, muy cerca del pueblo de Larón, el pasado jueves. La osa gruñía y enseñaba los dientes mientras era preparada, en la clínica de Oviedo en la que recibió atención veterinaria, para su traslado al centro de recuperación de la fauna de Ladines, en Sobrescobio.

Ni la anestesia, ni la fractura de pubis, ni los más de cien puntos de sutura que recibió en la herida que, casi con toda seguridad, le provocó la dentellada de un oso adulto, podían aplacar su carácter de fiera salvaje. El esbardo, de unos 15 meses y 26 kilos de peso, al que también se ha diagnosticado una fuerte infección con miasis, obligó a los guardas de Medio Natural del Principado a emplearse a fondo. A su llegada al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre en el parque natural de Redes (Ladines, Sobrescobio), la osa se puso aún más nerviosa, trepó casi dos metros por la jaula y volvió a mostrarse inquieta.

Fue inútil ponerle un collar protector «isabelino» de plástico para evitar que se quitase los puntos. «Es un animal salvaje, no un oso de peluche», precisó un miembro del equipo. La osa, que viajó en un remolque Kulber, un transporte especial, llegó a Ladines cuando la sedación empezaba a dejar de hacer efecto. En Redes permanecerá «bastantes semanas» bajo la vigilancia y los cuidados del personal de la Guardería de Medio Natural del Principado, y de veterinarios de la Consejería y del Instituto de Recursos Cinegéticos (IREC), según precisó la viceconsejera de Medio Ambiente, Belén Fernández.

Aunque el pronóstico es reservado, los expertos son optimistas sobre la recuperación de la osa, a la que se practicó una exhaustiva limpieza de la herida que traía llena de larvas y parásitos. La lesión tiene dos partes. Una zona se ha cerrado con puntos y otra deberá cicatrizar al aire. Existen dudas acerca de si toda la herida fue provocada por una única dentellada o por varias.

Los técnicos sospechan que «Lara» puede ser una de las crías que quedaron huérfanas hace meses en la zona de Fondos de Veiga. La recuperación de la osa tiene especial trascendencia. «Lara» es una osa parda cantábrica, especie en peligro de extinción y símbolo de Asturias, que incluso la ha incorporado a sus campañas de promoción turística. La población osera, sometida a medidas especiales de protección, suma tan sólo 200 individuos en la Cordillera. Unos 150 se asientan en el suroccidente asturiano, según un estudio de la Universidad de Oviedo y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) realizado entre 2007 y 2010. Para que desaparezca el riesgo de exterminio de la raza es necesario alcanzar al menos los 500 individuos. Ganar 300 ejemplares es un arduo proceso que llevará unos cuantos años. Este hecho multiplica la trascendencia de mantener a «Lara» con vida. Es hembra y por tanto futura madre. Con la osa, hacia Sobrescobio, viajaron también varias latas de comida de perro, «es lo que tenemos a mano», precisó José María Mier, veterinario de la clínica Buenavista. Algunos miembros de la patrulla ya la llamaban ayer «Lara». ¿Entonces se llama así?, pregunto un despistado. Todos los demás asintieron.

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