El macizo calcáreo de los Picos de Europa es rico en formas de lapiaz de muy diversa naturaleza cuya distribución está controlada tanto por factores internos del substrato rocoso como por condicionantes externos relacionados con la topografía, el clima y el grado de desarrollo del suelo y la cubierta vegetal. Un reconocimiento de la distribución y características de estas estructuras de disolución a lo largo de un sector de este macizo permite realizar una descripción sistemática de ellas y discutir la influencia de los condicionantes internos y externos, así como su importancia relativa en la configuración del lapiaz. Las discontinuidades de la roca y el desarrollo de la cubierta edáfica son los principales factores que controlan el desarrollo del lapiaz, aunque otros factores tales como la pendiente y la presencia de cubierta nival parecen ejercer también una cierta influencia.
La disolución kárstica es uno de los principales agentes de modelado del relieve en los macizos montañosos
calcáreos, siendo la responsable de la génesis de importantes accidentes topográficos tales como dolinas y valles kársticos. Auna mayor escala la disolución causada por las aguas meteóricas se manifiesta en forma de estructuras superficiales de disolución del substrato rocoso que reciben el nombre genérico de
Las formas de lapiaz se encuentran ampliamente representadas en los Picos de Europa, en el sector oriental de la Cordillera Cantábrica, y particularmente en el Macizo del Cornión (Fig.1). El modelado de este macizo es fundamentalmente resultado de la acción de los hielos durante el último período glaciar y de la intensa karstificación que ha tenido lugar a lo largo del Cuaternario (Marquínez
(Marquínez
agrupadas en cuatro unidades litoestratigráficas: a)
con intercalaciones pizarrosas y margosas y otro superior compuesto por calizas esparíticas masivas con intercalaciones bioclásticas. La deformación Hercínica dio lugar al apilamiento de estas unidades por emplazamiento de varias unidades cabalgantes, generando así una secuencia carbonatada de más de 2.000 metros de espesor. La deformación
posthercínica es la responsable de la superposición de una intensa red de fracturación y dolomitización secundaria de algunas masas calcáreas (Marquínez, 1989). A pesar de que los primeros estudios sobre el relieve de los Picos de Europa se remontan a finales del siglo XIX, la problemática de las formas del lapiaz no es tratada con detenimiento hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando Miotke describe la morfología kárstica de esta región en una obra pionera en el estudio cuantitativo de los fenómenos kársticos (Miotke, 1968). Desde entonces el tema tan sólo ha recibido una atención secundaria en algunos trabajos de enfoque más amplio (Hoyos Gómez, 1979; Smart, 1986 y Marquínez et al., 1 9 9 0 ) .
En este trabajo se aborda la descripción de las formas del lapiaz en el sector norte del Macizo del Cornión desde el punto de vista de su morfología y génesis, empleando para ello la nomenclatura utilizada en otras regiones para designar este tipo de estructuras (Bögli, 1960; Sweeting, 1972; Jennings, 1985; Ford & Williams, 1989; Ginés, 2004). Se discute además la influencia relativa de cada uno de los factores condicionantes del lapiaz en la distribución espacial de estas formas.
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