El oso ha vuelto a los Picos de Europa. Lo afirmó ayer el director del parque nacional de los Picos, Rodrigo Suárez Robledano, durante una reunión del patronato del espacio protegido, que se desarrolló en el palacio de la Magdalena, en Santander. Parques Nacionales ha registrado veinticinco avistamientos o recogida de indicios de machos adultos solitarios y hembras con crías en los Picos de Europa en lo que va de año, lo que evidencia el regreso de esta especie al espacio protegido, después de varias décadas de presencia muy esporádica, casi testimonial.
Los Picos de Europa se han convertido en el «nexo de unión» de las dos poblaciones oseras de la Cordillera Cantábrica, la oriental y la occidental, que hasta hace unos años permanecían sin ningún tipo de contacto. Parques Nacionales ha verificado el cruce entre una hembra de la población oriental y un macho de la población occidental. De esa unión nacieron dos oseznos, que hoy son ya subadultos, y que, como sus progenitores, permanecen la mayor parte del tiempo en el espacio protegido y su entorno más inmediato, según desvelaron Suárez Robledano y Jesús Oria, presidente del patronato de los Picos de Europa y consejero de Desarrollo Rural del Gobierno de Cantabria.
Oria destacó la «enorme importancia» de los Picos de Europa en la lucha por la conservación del oso pardo, al servir de comunicación entre las dos poblaciones de la Cordillera, gracias al «adecuado estado» de sus ecosistemas forestales. Según Oria, la presencia del oso es cada vez «más frecuente» en los Picos de Europa, un hecho que permite ver con «optimismo» el futuro de una especie en peligro de extinción debido, entre otras causas, a la creciente endogamia a la que hasta ahora han estado sometidas las dos últimas poblaciones oseras de la Península.
Si bien el oso fue la estrella de la reunión de ayer, no anduvo muy a la zaga el lobo, aunque por razones bien distintas. El apartado referido a la población del lobo y los controles de esta especie generó el más intenso debate de la jornada. Lo protagonizaron los representantes ecologistas y ganaderos. Estos últimos denunciaron el creciente número de daños en sus cabañas y reclamaron que se les pagara, además de los ejemplares muertos, los desaparecidos. La ecologista Laura López Varona preguntó a Suárez Robledano si se están trasladando a la fiscalía los intentos de «presunta estafa» de una minoría de ganaderos, que denuncian daños de lobos a sabiendas de que no han sido provocados por esa especie. Suárez Robledano señaló que no le constan hechos de este tipo y que cuando una denuncia es rechazada porque el daño no ha sido provocado por el lobo, simplemente, «no se paga».
Una muy buena noticia, esperemos que ahora se mantenga la población. Un saludo.
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