martes, 26 de abril de 2011

Los pastores de Picos se van a los puertos


«Cuando la rama está en La Ercina, hay comida». Es el dicho popular entre los ganaderos de los pastizales de verano del puerto de Covadonga, «el puertu», para saber si los pastos están en optimas condiciones para que un año más, como manda la tradición cada 25 de abril, «día del coto», subir el ganado hasta el próximo otoño a los pastos de la montaña de Covadonga, en el parque nacional de los Picos de Europa.

Los pastos más altos y los primeros, que llevan acotados desde el primero de abril para que ningún animal altere antes de la fecha prevista su estado, estaban en la mañana de ayer como hacía muchos años que no se veía, comentaban contentos varios ganaderos del municipio de Cangas de Onís. Algunos al acercarse ayer al puertu comentaban que subirían su ganado antes, vistas las buenas condiciones del pasto. En la mañana de ayer ya subió alrededor de un cuarenta por ciento del ganado vacuno, unas dos mil cabezas. En las próximas semanas subirá escalonadamente el resto de ganado vacuno, que está a la espera, en las cabañas, de la Feriona de Corao, en mayo. El resto de ganado, «la reciella», subirá al primer día de junio.

Este año, una vez más, se nota no sólo la disminución de ganaderos que acuden al puertu (218) sino que por primera vez se acusa notablemente la disminución de ganado. Este año subirán 6.015 reses en total (3.824 vacas, 940 novillas, 37 crías, 131 toros, 370 ovejas, 419 cabras, 131 caballos y 9 cerdos), frente a las 6.579 de la campaña pasada.

Esta disminución de casi 600 cabezas se debe principalmente, según apuntaba ayer el regidor de pastos, José Antonio García Álvarez, a las trabas administrativas que encuentran los jóvenes ganaderos al intentar independizarse. Además de por el bloqueo existente de los derechos de las nodrizas, por las que los ganaderos veteranos cobran subvenciones del Principado que hacen más llevadera la cría de las razas autóctonas.

El regidor destacó la necesidad de las quemas controladas dentro del espacio protegido, ya que si no los pastizales de verano se acabarán. «De nada sirve que se realicen desbroces si cuando llueve vuelven a salir con más fuerza», puntualizó. Parte de las reses de José Antonio García Álvarez eran conducidas ayer hacia los pastos de altura por varios empleados suyos. Y como las suyas, las dedecenas de ganaderos. La subida de los animales a los pastos de verano provocó, un año más, la invasión de la carretera que asciende hasta los Lagos.

La niebla dominó la jornada, pero nada podía detener a los animales. Las reses ya llevaban unos días inquietas: según los ganaderos, los animales que ya conocen los pastizales de verano saben «perfectamente» desde hace tiempo que llega el momento de subir al puerto. Es para ellas, algo así como las vacaciones de verano para los escolares.

Según encarrilan los caminos ancestrales que permiten a los ganaderos atajar y ganar tiempo en el viaje que conduce desde sus localidades hasta el puerto, ya no hay freno. Las vacas ascienden a toda velocidad, sólo dan pequeños rodeos al cruzarse con los turistas y los coches. Y no se despistan. Su ímpetu es tal que los ganaderos apenas pueden seguirlas en la interminable cuesta de La Güesera y en las curvas de Dúa (lo más duro del recorrido). Y cuando coronan el alto y queda a la vista el lago Enol empiezan a «berrar» nerviosas. Saben que para ellas llega «lo bueno».

Como cada año, los toros y las vacas más veteranas condujeron al resto hasta sus respectivas cabañas. Ahora sólo falta que el tiempo acompañe y no haya ninguna nevada primaveral, ya que en ese caso muchas reses tendrían que descender de nuevo a la espera del buen tiempo.


1 comentario:

  1. Precioso reportaje, como cada año se volverán a llenar los valles de vacas, terneros y toros, un precioso espectáculo en nuestros picos de Europa. Saludos.

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